Elegir un estilo parental puede ser una decisión desafiante, y su estilo evolucionará probablemente con el tiempo como se acostumbra a su nuevo papel en la vida. Sin embargo, es bueno ser conscientes de los estilos de crianza diferentes, incluyendo autoritativo, negligente, permisivo y autoritario y descubra que qué enfoque le adapte mejor a su situación individual.
Estilos De Crianza
Cada niño es único, lo que significa que el trabajo de todos los padres es una tarea individual e impredecible. Mientras que el consejo general de enfoques y estilos de crianza puede ser útil, siempre es importante tener en cuenta sus necesidades y situaciones personales, su personalidad y los efectos que desea tener en su hijo. La crianza de los hijos puede ser enormemente gratificante, intensamente frustrante, alegre y agotador – y nunca termina, aunque se han crecido. Sin embargo, el estilo de crianza que usted elije para su familia a una edad temprana puede tener efectos duraderos en el desarrollo emocional, intelectual, físico y psicológico del niño. Por lo tanto, el estilo que usted va a elegir debe ser elegido cuidadosamente. Los psicólogos modernos han llegado un consenso sobre los cuatro principales estilos de la crianza, reduciendo hasta cuatro categorías: Autoritario, negligente (no involucrado), permisivo y autoritativo. [1]
Estas cuatro categorías primarias son el resultado de dos componentes que, cuando se mezcla y se emplea, produce los cuatro tipos de crianza. Estos dos componentes son partes de la personalidad de los padres, a saber cuánta independencia se garantiza y cuanta obediencia se necesita. Los diferentes tipos, como su nombre podría implicar, se explican a continuación.
Autoritativo: Un padre que pone mucha importancia en obediencia e independencia.
Autoritario: Un padre que pone mucha importancia en obediencia y menos importancia en la independencia.
Permisivo: Un padre que pone menos importancia en obediencia y más importancia en la independencia.
Negligente: Un padre que pone menos importancia en obediencia y menos importancia en la independencia.
Cada uno de estos estilos de crianza puede encontrarse en todo el mundo, en cada tipo de cultura y estructura familiar. La infinita variabilidad de su situación y su familia cabe dentro de ese espectro. Hay ciertos aspectos positivos y negativos para mayoría de estos estilos, con la posible excepción de la crianza «negligente», y estas pequeñas variaciones pueden tener un gran impacto en el comportamiento de su hijo cuando se crece. Ahora, vamos a profundizar un poco más en lo que estos estilos de crianza se parecen, y qué efectos podría tener en el desarrollo de su hijo. [2]
Autoritario
Mayoría de los expertos cree que esta combinación de obediencia e independencia es el estilo más sano y productivo. No sólo el niño crece con un sentido de responsabilidad social y la capacidad de moderar su comportamiento, sino también son motivados a participar en nuevos desafíos, mantener la autoestima alta y abrazar su propia autonomía.
La crianza práctica significa ser parte de la vida de su hijo y establecer límites claros en situaciones familiares y sociales, pero también motiva la creatividad, libertad de expresión y pensamiento. Este estilo de crianza a menudo resuelta en los estudiantes equilibrados que interactúan bien con los demás, desempeña por encima de promedio y son motivado por si mismo ya que se crecen y comienzan a experimentar nuevos obstáculos en la vida. Son autosuficientes, y no son egoístas. [3]
Autoritativo
Mientras que los nombres pueden sonar muy similares, hay una diferencia importante entre este segundo estilo y a la primera. Aunque los niños que son criados por padres autoritarios son típicamente buenos en la escuela y son a menudo entre los primeros de su clase, el tratamiento estricto de sus padres a menudo puede tener resultados tangibles más adelante en su vida. Los niños criados bajo este tipo de crianza a menudo se encuentra difícil hacer amigos, sufren de depresión y falta de confianza en sí mismo. No puede representar en situaciones malas, debido a los niveles de control duro de sus padres, pero también no exploran, no descubren o no interactúan con lo de más abiertamente. [4]
Cuando un niño se crece en una estructura autoritativa, Les parece difícil seguir sus propios instintos y están constantemente buscando la aprobación o el permiso de sus padres. No se celebra su independencia; está suprimida para tener el control y dominación por parte de los padres.
Permisiva
A veces, usted ve a un niño en un almacén o en un evento comunitario, donde el padre parece ser consciente de la conducta exploratoria de su hijo, pero no parece trazar una línea entre la autoexpresión y la obediencia. Con un enfoque tan alta en independencia, los niños tienden a actuar más agresivamente, y cuando se intenta controlar, que puede ser visto como una lucha de poder. A menudo la difícil adolescencia es el resultado de una niñez demasiado permisiva. Los niños criados bajo un estilo permisivo tienden a pensar que tienen derecho a ciertas libertades y resiente cualquier persona que se intenta controlarlos. [5]
Mientras que estos niños tienden a tener más confianza en sí mismo y pueden afirmarse socialmente, a menudo ponen estas habilidades en una situación mala y son más propensos a rebelarse de manera sexual, cultural o social, incluyendo abuso de sustancias y comportamiento imprudente. Aunque pueda parecer sabio dejar su hijo que no tiene limitaciones y experiencia el mundo sin demasiadas reglas y regulaciones, que puede tener consecuencias peligrosas a largo plazo.
Negligente (No involucrado)
En este sentido, podría decirse que es el peor estilo de la crianza, las figuras parentales no son comprensivas ni responsables. Se trata de un estilo apático de la crianza, donde los niños no son animados para ser libres e independientes, ni se propone limitaciones para restringirlos. Esto puede resultar en una vida adulta muy traumatizada o con problemas, donde confianza, lealtad, sentido de responsabilidad familiar, responsabilidad cívica e incuso la moralidad pueden ser seriamente afectadas. Un niño que se crece en un estilo descuidado se busca otras figuras de los padres naturales, pero no tienen moral rectora general que los guíe. [6]
En tales situaciones, puede ser peligroso para los niños a permanecer en esa estructura familiar, aunque si la negligencia no es demasiado grave y ha sido remediada rápidamente, la estructura familiar puede ser mejorada. Mientras que los otros tres estilos de crianza tienen pros y contras, no hay nada «bueno» en volverse un padre negligente.
Mejores Consejos Para Los Padres
Si hay una regla que deben seguir los padres, esto es: como un tutor responsable, en primer lugar es importante ser un padre y secundariamente, ser un amigo. Debe tener la misma cantidad de libertad y estructura para asegurar que su hijo crece y se vuelve un miembro responsable, compasivo, leal y moral de la sociedad.
Hay innumerables variaciones de los estilos de crianza anteriores, y en diferentes momentos en la vida de su hijo, su enfoque puede variar, ya sea levemente o drásticamente. Es importante comprometerse constantemente en la vida de su hijo, respetando su independencia a medida que crecen, pero también reconoce su vulnerabilidad en sus años de formación. Quieres crear una vida segura, inspirador y cómoda para sus hijos mientras que crecen y estar dispuesto a evolucionar y cambiar junto con ellos. [7]
No tenga miedo de tomar el control en ciertas situaciones, pero esté abierto a la idea de ofrecer libertad cuando es apropiado. Un padre que puede fluctuar entre estilos de crianza diferentes, cuando sea necesario y evite ser negligente, está en el buen camino de criar un niño altamente funcional y feliz.